La asuncion de María, figura de lo que puede ser nuestra glorificacion.
Un gran saludo a todo nuestros amigos de lo profetico, disculpen la ausencia, pero volvemos a aparecer, hay tantas cosas que tocar, sobre el Papa Francisco, un elegido de Dios para nuestros tiempos.
Vamos a transquivir un texto de la pagina catolica PRIMERA LUZ, sobre la asuncion de María.
Asunción de María
Aunque no aparece atestiguada en la Escritura, la Asunción de María
no es, ni en lo más mínimo, contraria a ella, dado que encontramos
varios
ejemplos de precedentes bíblicos para tales acontecimientos.
Los padres de la Iglesia temprana reconocieron el paralelo entre Eva y María, en el cual se basan muchas de las enseñanzas de la Iglesia acerca de María. A fines del siglo segundo—más de 100 años antes de que el canon del Nuevo Testamento fuera establecido—el gran teólogo San Ireneo escribió:
[1] Notemos que la separación entre los capítulos es un elemento arbitrario que fue introducido siglos después de escrito el Apocalipsis. En consecuencia, debemos entender los versículos anteriores como un solo texto.
[2] "The Faith of the Early Fathers", vol. 1, p. 93, William A. Jurgens, publ. Liturgical Press, Collegeville, Minnesota 1970.
Finalmente nos despedimos y les dejamos un enlace de un mensaje de la Virgen a Luz María en Revelaciones Marianas.
Vamos a transquivir un texto de la pagina catolica PRIMERA LUZ, sobre la asuncion de María.
Asunción de María
Hechos 2, 27 — "... no abandonarás mi alma en el Hades ni permitirás que tu santo experimente la corrupción".
Se refiere al Salmo 16, 10
Salmo 16, 10 — "... porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu santo vea el sepulcro."
Citado antes en Hechos 2, 27. La eventual descomposición del cuerpo
es causada por el pecado. Los más santos están exentos de la corrupción
corporal.
Génesis 5, 24 — "Henoc... siguió siempre los caminos de Dios y luego desapareció porque Dios se lo llevó".
Henoc fue asumido al cielo, en cuerpo y espíritu. Por esto vemos que
la asunción tiene un precedente espiritual registrado claramente en las
Escrituras.
Hebreos 11, 5 — "Por la
fe, Henoc fue trasladado, de modo que no vio la muerte... la Escritura
da en su favor testimonio de haber agradado a Dios."
Hay un claro precedente en la Escritura para la idea de que los
santos son llevados al cielo, en cuerpo y alma, tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo Testamento.
2 Reyes 2, 1-13 — Esto es
lo que sucedió cuando el Señor arrebató a Elías y lo hizo subir al
cielo en el torbellino. Elías y Eliseo partieron de Guilgal, y Elías
dijo a Eliseo: "Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado hasta
Betel". Pero Eliseo respondió: "Juro por la vida del Señor y por tu
propia vida que no te dejaré". Y bajaron a Betel. La comunidad de
profetas que había en Betel salió a recibir a Eliseo y le dijeron:
"¿Sabes que hoy el Señor va a arrebatar a tu maestro por encima de tu
cabeza?". El respondió: "Claro que lo sé; ¡no digáis nada!". Elías le
dijo: "Quédate aquí, Eliseo, porque el Señor me ha enviado a Jericó".
Pero él respondió: "Juro por la vida del Señor y por tu propia vida que
no te dejaré". Y llegaron a Jericó. La comunidad de profetas que había
en Jericó se acercó a Eliseo y le dijeron: "¿Sabes que hoy el Señor va a
arrebatar a tu maestro por encima de tu cabeza?". El respondió: "Claro
que lo sé; ¡no digáis nada!". Elías le dijo: "Quédate aquí, porque el
Señor me ha enviado al Jordán". Pero Eliseo respondió: "Juro por la vida
del Señor y por tu propia vida que no te dejaré". Y se fueron los dos.
Cincuenta hombres de la comunidad de profetas fueron y se pararon
enfrente, a una cierta distancia, mientras los dos estaban de pie a la
orilla del Jordán. Elías se quitó el manto, lo enrolló y golpeó las
aguas. Estas se dividieron hacia uno y otro lado y así pasaron los dos
por el suelo seco. Cuando cruzaban, Elías dijo a Eliseo: "Pide lo que
quieres que haga por ti antes de que sea separado de tu lado". Eliseo
respondió: "¡Ah, si pudiera recibir las dos terceras partes de tu
espíritu!". "¡No es nada fácil lo que pides!, dijo Elías; si me ves
cuando yo sea separado de tu lado, lo obtendrás; de lo contrario, no
será así". Y mientras iban conversando por el camino, un carro de
fuego, con caballos también de fuego, los separó a uno del otro y Elías
subió al cielo en el torbellino. Al ver esto, Eliseo gritó: "¡Padre mío!
¡Padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería!". Y cuando no lo vio más,
tomó sus vestiduras y las rasgó en dos pedazos. Luego recogió el manto
que se le había caído a Elías de encima, se volvió y se detuvo al borde
del Jordán.
Elías es llevado corporalmente al cielo en una carroza de fuego. Por
lo tanto, la idea de que otra persona santa sea llevada corporalmente al
cielo no contradice las Escrituras en lo más mínimo. Las Escrituras
nunca se atribuyen el contener cada palabra y cada evento en la vida de
Jesús y la Iglesia temprana. De hecho sabemos que ciertamente no lo
hacen (Juan 16, 12-13; Juan 21, 25). No debemos olvidar que el Nuevo
Testamento no es una crónica de acontecimientos importantes sino una
colección de cartas y otros escritos de la era apostólica. Si las
Escrituras no registran la Asunción de María, eso no implica
necesariamente que dicho acontecimiento nunca ocurrió.
Salmo 132, 8 (§131, 8) — ¡Levántate, Señor, entra en el lugar de tu reposo, tú y tu arca poderosa!
El lugar del reposo de Dios en el Antiguo Testamento es su morada
dentro del templo santo de Jerusalén. La realización de Jerusalén en el
Nuevo Testamento, vista en el Apocalipsis, es el cielo. La realización
del templo en el Nuevo Testamento es el santuario celestial. Dado que la
realización del arca en el Nuevo Testamento, como vimos anteriormente,
es el cuerpo de María, debemos concluir que el cuerpo de María debe
estar en el cielo. De otro modo este pasaje de la Escritura no sería
cierto.
Apocalipsis 11, 19 – 12, 1-5 — Y
se abrió el santuario de Dios en el cielo y apareció el Arca de su
Alianza en el santuario y se produjeron relámpagos y fragor y truenos y
temblor de tierra y fuerte granizada. Una gran señal apareció en el
cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una
corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta y grita con los
dolores del parto y con el tormento de dar a luz. Y apareció otra señal
en el cielo: un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y
sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de
las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El dragón se
detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo
en cuanto lo diera a luz. La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de
regir a todas las naciones con cetro de hierro y su Hijo fue arrebatado
hasta Dios y hasta su trono.
Juan describe el Arca de la Alianza como algo visible en el santuario
celestial. Esta es una clara referencia a María, el Arca de la Nueva
Alianza, corporalmente presente en el santuario celestial. El cielo
perfecciona en las realidades del Nuevo Testamento, por lo tanto, no hay
en él tipos imperfectos del Antiguo Testamento. El Arca de la Alianza
es un paralelo de este personaje que solo puede ser María, dado que se
dice que su Hijo está destinado a "...regir a todas las naciones con
cetro de hierro." (Apocalipsis 12, 5). [1]Los padres de la Iglesia temprana reconocieron el paralelo entre Eva y María, en el cual se basan muchas de las enseñanzas de la Iglesia acerca de María. A fines del siglo segundo—más de 100 años antes de que el canon del Nuevo Testamento fuera establecido—el gran teólogo San Ireneo escribió:
"El nudo de la desobediencia de Eva fue
desatado por la obediencia de María. Lo que la virgen Eva había atado en
incredulidad, fue desatado por la Virgen María a través de la fe." [2]
Referencias[1] Notemos que la separación entre los capítulos es un elemento arbitrario que fue introducido siglos después de escrito el Apocalipsis. En consecuencia, debemos entender los versículos anteriores como un solo texto.
[2] "The Faith of the Early Fathers", vol. 1, p. 93, William A. Jurgens, publ. Liturgical Press, Collegeville, Minnesota 1970.
Finalmente nos despedimos y les dejamos un enlace de un mensaje de la Virgen a Luz María en Revelaciones Marianas.
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