SAN JOSE EN LOS ULTIMOS TIEMPOS


Decía san Efrén (306-372): "Nadie puede alabar dignamente a José". Palabras ciertas por siglos sobre el padre putativo de Jesús, pero es de notarse que en estos últimos tiempos, se han realizado grandes descubrimiento sobre la persona de este gran Santo y su papel en la Iglesia, he aquí algunas palabras y hechos de algunas almas privilegiadas que acotaron sobre Él.

Isidoro de Isolano, que en 1522 escribió un tratado sistemático sobre San José. Se llama Summa de donis sancti Joseph (Conjunto de dones de San José).
En él escribe unas frases proféticas sobre San José. Dice así: "Se levantarán templos en honor del santo patriarca; se celebrarán fiestas en que los pueblos le expresarán su agradecimiento. Insignes varones, ilustrados por Dios, al investigar las riquezas encerradas en san José, hallarán un gran tesoro, cual no lo hallaron en los Padres del Antiguo Testamento. Se le consagrará una fiesta principal y venerable. Porque el Vicario de Cristo en la tierra, bajo la inspiración del Espíritu Santo, mandará que la fiesta del padre putativo de Cristo, del esposo de la Reina del mundo, del hombre santísimo, se celebre en todas las regiones, adonde se extiende el imperio de la Iglesia militante".

A partir del siglo XVI, tomó mucho impulso esta devoción especialmente con el testimonio de santa Teresa de Jesús (+1582), de san Juan de la cruz y de los carmelitas en general. Fray Jerónimo Gracián, confesor de santa Teresa, escribió en Roma en 1597, su Josefina, proclamando los dones y privilegios de san José. El Papa Gregorio XV en 1621 estableció la fiesta de san José. Benedicto XIII en 1726, colocó a san José en la letanía de los santos. En Brasil, en el siglo XVIII, se difundió la devoción a los Tres Corazones de Jesús, María y José. En 1870, el Papa Pío IX lo nombró patrón de la Iglesia universal. León XIII, en la encíclica Quamquam pluries, en 1889, exhorta a rezar el rosario e invocar a san José. En 1955, Pío XII, instituye la fiesta de san José obrero el 1 de mayo. Juan XXIII lo nombra patrono del concilio Vaticano II y coloca su nombre en el canon de la misa. En 1989, el Papa Juan Pablo II publicó la exhortación pastoral Redemptoris custos (custodio del Redentor) y el año 2004 regaló su anillo papal para el cuadro de san José de su iglesia natal de Wadowice, en Polonia.

Como curiosidad, digamos que algunos países han nombrado a san José como su patrono: Austria, Bélgica, Canadá (1624), China (1678), Corea, Croacia, Vietnam y el Perú. En 1557 fue nombrado patrono general de México. En 1679 se nombró a san José patrono de todos los dominios españoles. En 1655 se consagraron a san José, Perú y Bohemia. San José es patrono del Perú desde 1828.

Dice San Juan Eudes: "Después de Dios, San José tiene el primer puesto en el Corazón de María, porque María es toda de José como la esposa es del esposo; así el Corazón de María es de José. Por otra parte, es claro que Jesús es un solo Corazón con María, y como María es un solo Corazón con José, resulta que José tiene un solo Corazón con Jesús y con María".

San Leonardo de Puerto Mauricio (+1751) dice: "La escalera, que conduce al cielo, tiene tres escalones: Jesús, María y José. Vuestras oraciones son confiadas, en primer lugar, a San José, José las entrega a María, y María a Jesús. Descendiendo, las respuestas pasan de Jesús a María, y María las ofrece a José. Jesús hace todo por María, porque es su hijo. Y José lo obtiene todo por ser esposo de María y padre de Jesús". Consagrémonos a los tres Corazones y vivamos dentro de ellos para estar bien protegidos y defendidos de toda adversidad.

Nos despedimos, confiando que lo expuesto aquí, sirva como el motor, que nos impulse a una gran confianza en San José, como los tuvo Jesús y María.

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